sábado, 18 de mayo de 2019

CECOP-La Parota "La tierra es nuestra"

Mi honorable amigo Rodolfo Chávez Galindo integrante de la CECOP, escribió un ensayo en febrero de este año sobre el movimiento social de resistencia, de la cual forma parte, de los pueblos en contra de la hidroeléctrica presa La Parota en los bienes comunales indígenas de Cacahuatepec, municipio de Acapulco, Gerrero, México.

Me emocionó la capacidad estratégica del movimiento para imponerse al ejercicio del poder capitalista desprovisto de la más mínima provisión de derechos humanos. Las fotografías son impresionantes mostrando la fuerza comunitaria que evidencia la memoria histórica de más largo plazo en todas las edades con la participación de las mujeres-madres, jóvenes y abuelas enfrentándose al verdugo de cascos y metralletas violentado y precarizado.



La máxima expresión organizada de la resistencia, entre otras, se manifestó en su capacidad táctica para formar la policía comunitaria que resguarda sus derechos y bienes comunales, en contraposición al ejército y policías gubernamentales pilares del capitalismo genocida.

La resistencia inició en el año 2003 y sigue creciendo. Se hace referencia a plantones para impedir el paso de maquinaria día y noche durante cinco años, resguardados sobre todo por mujeres. Las mujeres también han estado a la cabeza para evitar enfrentamientos sangrientos provocados por el gobierno y empresarios. Las ejecuciones extrajudiciales, torturas, allanamientos y masacres son la punta de lanza del capital gubernamentalizado.

Las estrategias legales también dan muestras de la experiencia acumulada que inyecta ánimo y lucha. Miles de comuneras y comuneros han comparecido administrativa y judicialmente oponiéndose a falsas asambleas, ganando procesos que impulsan la lucha política.

Esa táctica terrateniente de fabricar pruebas para robase la tierra fracasa una y otra vez, viéndose forzados a falsificar el derecho de consulta y consentimiento a través del fraude de ley que continúa en picada machacando sus falsas y pudientes conciencias burguesas.

El costo personal, familiar, comunitario y social es altísimo pero legitima y eso alimenta la conciencia, reescribiendo el subconsciente con lucha. Y eso se queda para siempre, así se construye la memoria historia de los pueblos.

Esa grave conflictividad provocada por la clase social dominante que administra el aparato gubernamental que dialécticamente debemos arrebatarle en su tiempo y espacio oportuna y prudentemente como saben hacer los pueblos, genera antagonismos sociales entre las mismas clases desposeídas logrando corromper a quienes padecen del rompimiento del hilo conductor histórico de la lucha, traicionando a sus propias comunidades, familias y a sí mismos, organizano grupos de comunitarios opositores a la lucha contra quienes el CECOP se ha visto obligado enfrentar, sin embargo, el manejo de tan grave puñalada sigue siendo ejemplar por el CECOP. El análisis del abordaje del conflicto comunitario socioambiental refleja que sus procesos cuantitativos han logrado los resultados cualitativos que consolidan la lucha, manteniendo suspendida la construcción de la presa. Logro que el mismo subcomandante Marcos celebró.

El fondo de la lucha es la reivindicación natural de la vida de todos los seres vivos, cuya violencia capitalista amenaza el derecho más básico de subsistencia del derecho a la alimentación y calmar la sed. Esa premisa fáctica básica de lucha genera odio entre la clase social dominante, lo cual ha significado para el CECOP arremetidas extremadamente violentas de asesinatos, torturas y criminalización política sin fundamentos ni argumentos jurídicos. El mero poder sabe que debe atacar la libertad para debilitar y entonces chantajear, y es porque sabe que va perdiendo. El hombre blanco, no imaginó resistencias de tal magnitud.

La propuesta del CECOP, investigar sobre energías que no desplacen a la población como la energía solar. Las hidroeléctricas no son energía limpia: la
materia orgánica en descomposición que por miles de toneladas se asienta en el fondo delas presas, sobre todo en zonas tropicales, emite grandes cantidades de gas metano, 20 veces más nocivo que el bióxido de carbono, por lo que contribuyen a incrementar desproporcionadamente la emisión de gases
de efecto invernadero. Y avanzar hacia el ecosocialismo.

Estamos de acuerdo, porque tarde o temprano el socialismo extractivo llegará a los mismos resultados.

Desde Plurijur guatemala, nuestras muestras totales de respeto y admiración hacia el CECOP y las Comunidades en lucha.

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